El primer largometraje de
Star Trek se estrenó a
finales de los setenta; su primera secuela vio la luz a
comienzos de los años ochenta,
en el comienzo de una nueva época. Por supuesto, esta clase de
cambios son siempre graduales; como decía mi antigua profesora de
Latín: “nadie se acostó en el Barroco y se despertó en el
Renacimiento”. Aun así, estaba claro que el universo creado por
Gene Roddenberry debía evolucionar.
Ya hablamos de Star Trek: La Película y
de lo mucho que a un servidor le gustó la historia, no así la
manera tan lenta de contarla: opinión compartida por bastantes
personas. Afortunadamente, la saga supo reciclarse. Star
Trek II: La Ira de Khan
tiene mucho de lo que se echaba en falta en su predecesora,
incluyendo una narración mucho más dinámica, personajes
mejor definidos o un antagonista con personalidad (a quien la cinta debe su título). El Vger de la anterior era profundo y misterioso, pero este se lleva la palma.
Ni Ricardo Montalbán
ni William Shatner son
precisamente buenos actores; pero ambos destilan carisma y
encajan a la perfección en sus roles. Aquí en España, además, la
labor de ambos quedó reforzada por los espléndidos
doblajes de Rafael Luís Calvo y de Constantino Romero.
Este último, para alegría de todos, seguirá prestándole voz a
Shatner en los siguientes filmes.
Se retoman personajes y tramas
procedentes de la serie televisiva: aunque absolutamente todo se va
explicando claramente sobre la marcha, prevalece cierta sensación de
haber llegado tarde a la fiesta. Pero no deja de ser una falla menor.
En cuanto a la trama y sus vericuetos, no diremos nada; sólo que
mucha atención a los libros que posee el villano. Sólo aparecen
fugazmente pero arrojan pistas bastante elocuentes sobre el argumento (si se tiene algo
de culturilla general, claro), demostrando las influencias del mismo:
Moby Dick,
El Paraíso
Perdido,
El Rey
Lear o la
Biblia.
Tanto J. J. Abrams (ya llegaremos a
él) como la serie Big
Bang Theory le deben
muchísimo más a esta película de lo que muchos espectadores casuales
puedan llegar a sospechar. Considerada una de las mejores entregas
fílmicas de Star Trek
(si no la mejor),
ofrece los momentos, frases y diálogos más famosos,
reconocibles, emotivos e icónicos de toda la franquicia.
Tanto si les gustó la anterior película como si no, o si
ni siquiera la han visto todavía,
deberían darle una oportunidad a esta entretenidísima y memorable
aventura.
Y, por supuesto, pueden verla
pinchando AQUÍ.
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